"La decisión"
Alguien derrumbó la puerta y corrió hacia mí. Eran tres personas vestidas con un traje parecido al de los astronautas, que me levantaron y me sacaron de la habitación. Pude ver que habían matado a todos los que estaban en aquella casa donde me tenían encerrada. Me subieron en una furgoneta equipada como si fuera una ambulancia, me recostaron en la camilla y me asistieron como si fueran médicos. Me introdujeron diversos fármacos por las venas y me conectaron cables en el pecho y en la frente.
Estaba viviendo aquello como si fuera una película, todo ocurría tan rápido que no encontraba explicación. En medio de todo el movimiento supliqué para que alguien me explicara qué estaba pasando, entonces una mujer dió la orden de parar un momento, se me acercó y mirándome a los ojos me dijo: «en tu ADN está la respuesta. Tus padres introdujeron en los nucleótidos los ingredientes de la vacuna que hemos comenzado a aplicar a todas las personas que, en cierta manera, secuestramos. También lo habían hecho con el ADN de tu hermano, gracias a él pudimos terminar la fórmula para que tuviera el efecto necesario en adultos. Por desgracia lo perdimos, pero llegamos a terminar el “Proyecto 48” y ya lo estamos llevando a cabo, pero “los malepsinos” se nos adelantaron y llegaron a ti unos minutos antes que nosotros. Pudimos rescatarte, pero a partir de este momento no podrás recuperar la vida que tenías, ya no hay vuelta atrás. Eres parte de nuestra sociedad desde que estabas en el vientre de tu madre, pero quisimos resguardarte porque “los malepsinos” lograron ubicar a todos los que tenían el ADN modificado y terminar con sus vidas, incluido tu bebé».
Me quedé sin palabras, todo lo que me había dicho esa mujer no paraba de repetirse en mi cabeza llenándome de angustia e ira, pero a su vez me sentía diferente, más fuerte y especial, como si comenzara a recordar quién era realmente.
Entonces pregunté ¿qué enfermedad combate la vacuna? a lo que la mujer me respondió: «Hemos descubierto una proteína a la que llamamos malepsina, que se encuentra en la amígdala, la región cerebral responsable de las respuestas de miedo y ansiedad. Cuando esta aumenta, según su nivel, provoca que el ser humano pierda el sentido de la bondad, la empatía y la sensibilidad y cometa las mayores atrocidades, desde corromperse y robar, hasta torturar y matar. La vacuna mantiene equilibrados estos valores ¿entiendes la magnitud del efecto de la vacuna?. Le contesté «sí, puedo darme cuenta de que estamos hablando de cambiar el mundo de verdad, pero qué tiene que ver el número 48 en todo esto?
En ese preciso instante la furgoneta frenó bruscamente, nos habían encerrado tres autobuses y no teníamos manera de seguir adelante. Entonces la mujer me dice «eso lo dejaremos para el café, ahora debemos luchar».
Comments